En 1991 en el programa “60 minutes”, uno de los de mayor audiencia de EEUU, se emitió un documental bajo el nombre de “La Paradoja Francesa”. En ese documental se hablaba de lo paradójico que es el hecho de que los franceses tengan una dieta tan rica en grasas saturadas como los quesos, foie-gras, embutidos, etc., que además sea un país donde se fuma mucho y que la incidencia de enfermedades cardiovasculares y de arterioesclerosis sea menor que la de otras naciones con dietas menos grasas. La explicación que se daba en ese programa norteamericano es que gracias al consumo moderado de vino, de forma regular, los franceses lograban mantener bajo control a las mencionadas enfermedades. El consumo de vino, sobre todo tinto, aumentó en EEUU un 44% después de dicho programa y fue una de las razones por las cuales el vino está de moda en EEUU.

El termino de Paradoja Francesa fue acuñado por el Dr. Serge Renaud, un científico de la Universidad de Burdeos en base a sus estudios sobre los efectos del consumo moderado de vino en relación a la dieta de los franceses. Los estudios de este científico, así como los del Dr. Roger Corder y muchos otros médicos de EEUU han demostrado que unos compuestos que se encuentran en el vino, conocidos como polifenoles, tienen una gran capacidad antioxidante y actúan como protectores de los vasos sanguíneos. Los polifenoles conocidos como procianidinas oligoméricas se encuentran en abundancia en las uvas tintas y los últimos estudios sugieren que reducen la absorción intestinal de una sustancia conocida como malondialdehido, la cual se asocia con arterioesclerosis, algunos tipos de cáncer y diabetes.

Otro compuesto muy de moda, que se encuentra en las uvas, conocido como resveratrol. Hasta hace poco no se había podido aislar este compuesto por lo que la cantidad contenida en el vino no era significativa. En el laboratorio se ha demostrado que este compuesto reduce el envejecimiento celular así como algunas formas de cáncer. Desde hace un par de años el resveratrol ya se puede comprar en cápsulas.

La evidencia científica que demuestra que el consumo moderado de vino es beneficioso para la salud es amplísima. Está más que demostrado que el ingerir uno o dos vasos de vino con la comida previene la oxidación de las grasas y la absorción del malondialdehido antes mencionado. También se ha demostrado que el vino ayuda a proteger los vasos sanguíneos de la tan temida arterosclerosis, que es la causa de infartos de miocardio o accidentes cerebrovasculares. Los mencionados polifenoles también tienen un gran efecto antioxidante.

Lo que está claro es que esta debería ser una de las estrategias de marketing más importantes para la promoción moderada del consumo de vino, destacar que es bueno para la salud. Para evitar el botellón, los problemas con tráfico y los excesos que se cometen con otros alcoholes deberíamos educar a la gente joven a que se acostumbren a beber vino en moderación. En EEUU se han eliminado los controles de alcoholemia porque no había grandes resultados y se han sustituido por una estrategia basada en educar al consumidor a beber con moderación, sobre todo vino. Fijaros en muchas series y pelis americanas, la gente bebe vino y eso les ha llevado a convertirse en el primer consumidor mundial de vino, por encima de Francia.